ESPERANZA… ¿De qué se trata?
Es espinoso mantener las
esperanzas cuando todo parece derrumbarse a nuestro alrededor, cuando las
posibilidades de trabajo se agotan; cuando la enfermedad no nos da descanso;
cuando perdimos a un ser querido; cuando la familia que alguna vez soñamos no
se parece en nada a la que hoy tenemos.
¿Cómo salir de esa telaraña
que nos envuelve cada vez con mayor intensidad?
¿Cómo encontrar respuestas
cuando son tantas las preguntas que nos angustian?
¿Cómo recuperar las fuerzas
cuando ya nos superó la debilidad y el agotamiento?
Los senderos de la vida
tienen, a veces, más espinas que rosas, pero bajar los brazos, entregarse o
dejarse invadir por la desazón, nunca fue la gran salida.
Que de pronto la enfermedad
se presente sin aviso y despiadadamente, no siempre es una maldición.
Simplemente es parte de nuestra vulnerabilidad humana e incluso por ella o
después de ella, crecemos como personas y cambia nuestra óptica acerca de la
realidad.
Si perdimos ese trabajo que
tanto nos gustaba y necesitábamos o no se concretó aquel proyecto por el que
hemos luchado tanto, puede deberse a que algo mejor nos está esperando.
Si nuestra familia se
destruye día a día, nos indica que no estamos haciendo bien las cosas. Quizás
debemos tomar decisiones que venimos postergando, o simplemente nos está
pidiendo a gritos mayor dedicación, comprensión y tolerancia.
Recordemos que la realidad
es lo que es. Somos nosotros quienes debemos aprender a leer entre líneas.
¿Cuánto hace que venimos utilizando los mismos anteojos para observarla? ¿No
será ya tiempo de cambiar las lentes?

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