PIENSO, LUEGO SOY


Así, sin percibirlo, el pensamiento tiene un poder intenso en nuestra vida, en lo que nos pasa y sobre todo, en lo que somos.
Muchas corrientes filosóficas insisten en que “somos lo que pensamos” y seguramente no se encuentran lejos de la verdad.
Se cree que se ha podido demostrar que cuando se piensa fuertemente acerca de algo, ese hecho se vuelve realidad, es decir que se materializa.
Si partimos de que esta teoría es cierta, deberíamos detenernos a analizar cuáles son nuestros pensamientos, sobre la calidad de los mismos y al mismo tiempo, enfrentarlos con lo que nos sucede a diario.
En otros términos sería, efectuar una especie de comprobación entre nuestras ideas y la vida que tenemos.
Algunas personas que adoptan actitudes sumamente negativas, que viven lamentándose de todo, con modos permanentes de víctimas, efectivamente le ocurren cosas inauditas como padecer de enfermedades extrañas o tener que experimentar situaciones en su cotidiano vivir que llaman profundamente la atención.
Quizás la vida no es lo que imaginábamos, pero no podemos negar que nosotros hemos colaborado y mucho, en que ella sea lo que es.
Podemos mejorar nuestra existencia comenzando por cambiar nuestras preferencias, potenciar nuestros pensamientos positivos y, sacudir enérgicamente nuestra cabeza cuando alguna idea tóxica o destructiva, intente asomarse en nosotros.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nos olvidamos de Dios

SOLIDARIDAD DESDE ADENTRO

COMPROMISO INELUDIBLE