SI PUDIERA
Si
pudiera haría salir el sol durante la noche oscura de los que perdieron la fe y
regalaría paquetes de esperanza para aquellos que ya no saben dónde
encontrarla.
Si
pudiera enjugaría las lágrimas de esos niños que fueron concebidos por actos de
lujuria y egoísmo y hoy no logran encajar en este mundo que no cesa de abrazar
el desamor.
Si pudiera levantaría a los caídos, a aquellos que tropezaron con las más duras piedras y ahora, en el fondo húmedo de un pozo, enmudecidos por el dolor piden en silencio una mano extendida que los eleve nuevamente a su dignidad de persona humana.
Si pudiera haría llover sobre esos corazones secos y endurecidos que nada los conmueve pero que anhelan inconscientemente ser diferentes porque sienten y saben que esa pálida cualidad del alma los deja solos y sin salida.
Si pudiera gritaría a los cuatro vientos que sólo Dios es la verdad, el camino y la vida, sobre todo a aquellos que saborean desde hace tiempo, el sinsentido de la vida y son víctimas de una áspera existencia por haber abandonado el sendero que les correspondía.
Si pudiera haría tantas cosas por esos hombres y mujeres que ya nada esperan, que en nada creen, que ya no logran saborear la alegría de estar vivos pero mis manos están atadas y poco se puede hacer solo.
Si pudiera organizaría un ejército de seres disponibles en alma y en tiempo, que los hay, pero que parecen escondidos o que prefieren la tranquilidad de esa vida cómoda que eligieron.
Sin embargo sé que algo puedo hacer y lo haré. Tal vez encuentre quien quiera unirse a esta campaña tan sólo porque entiende que amando y dándose se descubre la felicidad añorada.
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