DESHUMANIZACIÓN



Demasiado nos inquieta la inseguridad y la inestabilidad económica.
Escuchamos a la gente hablar sobre casos de robos, de asesinatos por cosas insignificantes y se nos eriza la piel. Y es lógico porque nos ponemos a pensar que algo así nos podría suceder a nosotros. Vivimos intranquilos y mirando para todos lados, asegurando puertas y ventanas.
Sin embargo, existe otra situación que debería preocuparnos más: la deshumanización a la que estamos asistiendo.
El ritmo acelerado de vida, el estar ocupados siempre en algo, el querer ascender o tener todo lo que deseamos lo más rápido posible, el vivir dándonos los gustos, el estar permanentemente atentos a las redes sociales, sacrificarnos en pos del futuro mientras descuidamos el presente….Todo esto y mucho más, propio de los tiempos actuales, nos ha deshumanizado, nos hemos despojado de los rasgos humanos con los que hemos sido creados.
El diccionario Merriam Webster define "deshumanización" como "privación de cualidades humanas, personalidad o espíritu".
¿Dónde han quedado esas cualidades, principalmente de espíritu, que nuestro Padre Dios puso con tanto amor en nosotros cuando decidió “hacernos a imagen y semejanza suya”?
Resultado de imagen para indigentesPor estar al día con cosas que pueden esperar, que no son necesarias, que no nos enriquecen interiormente nos hemos convertidos en seres “en automático”, que van y vienen sin saber a dónde quieren realmente ir, que sienten un vacío existencial tan profundo que no les permite salir de sí mismo ni reconocerse frente al espejo.
Mientras la inseguridad nos hace mirar para todos lados por temor, esta deshumanización en la que hemos caído, nos ciega para todo y no nos permite mirar y darnos cuenta de que el hermano está triste, que siente hambre, que necesita ayuda o con quién hablar por un consejo, y lo que es peor, ni siquiera advertimos que nuestros hijos nos necesitan hoy más que antes, que se sienten solos y cometen errores porque no tienen a quien recurrir.
Necesitamos salir de este camino y recuperarnos, aprender a priorizar lo importante de lo banal, y empezar a hacernos cargo de esa humanidad que Dios puso en nosotros para salvar a otros, pero más que nada, para salvarnos a nosotros mismos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Nos olvidamos de Dios

SOLIDARIDAD DESDE ADENTRO

COMPROMISO INELUDIBLE